La confianza: Clave para integrar un equipo de alto desempeño.

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Si tu meta es integrar a tu equipo, incrementar los niveles de confianza te permitirán abonar el terreno para optimizar estados de ánimo y conversaciones generadoras de resultados orientados al éxito.

Visto integralmente, la confianza genera un impacto directo en el sistema relacional del hotel, así como en los resultados que como equipo esperan lograr; por ello, pasa a convertirse en un elemento dinamizador que impulsa la transformación y la productividad del mismo, siendo un componente clave capaz de moverte a ti y a tus colaboradores hacia una meta que ambos han declarado como propia.

La importancia de la confianza a la hora de integrar el equipo de trabajo

“Sea cual sea el personal que compone tu equipo de trabajo, este requerirá de la CONFIANZA como el fundamento de toda relación social que no está sustentada en la fuerza”.

LA REALIDAD.

La pandemia provocada por el Covid-19 ha supuesto una intensa transformación en la forma de hacer gerencia dentro de la industria hotelera, requiriendo tanto a pequeños hoteles como a las grandes cadenas la adaptación para satisfacer las necesidades de los viajeros.

El huésped hoy por hoy quiere sentirse seguro física y mentalmente, sin renunciar a la experiencia positiva que le puede ofrecer tu hotel, por tanto, los planes que decidas aplicar deben estar orientados hacia la anticipación de sus requerimientos más que hacia la reacción por la ocurrencia de un evento.

Es decir, debes procurar transformarte tú como prestador del servicio, antes que pretender cambiar al entorno (a los demás).

Cambiar desde adentro, significa hacerte consciente, primero de la manera como ofreces el servicio, de cómo el sistema relacional funciona para validando el grado de aporte que haces al huésped y su bien- estar.

“Dicho de otra manera, es más sencillo transformarte tú y las relaciones internas dentro de tu hotel, que intentar cambiar al entorno y sus circunstancias para que estas jueguen a tu favor.”

Los hechos señalan que la pandemia por el coronavirus está marcando un antes y un después dentro de la industria del alojamiento, modificando los vínculos entre las partes involucradas, cambiando las conductas, comportamientos e intereses tanto del huésped como del hotel.

En virtud de esta realidad, un nuevo modelo de gerencia está naciendo con hoteles que son capaces de transformarse internamente, agilizando sus procesos, relaciones y resultados, integrando a su equipo de trabajo para que aprendan a ser proactivos.

Debido a esto, se están instaurando modelos basados en una estrategia sostenida en el fortalecimiento de los equipos de trabajo y sus habilidades puestas al servicio de una meta común: “brindar satisfacción al huésped con alta rentabilidad”

Los hoteles de hoy están aprendiendo que, si bien es cierto el entorno y sus circunstancias poseen la capacidad de alterar sus resultados condicionando su presente, también tienen el poder a través de sus elecciones y ejecuciones de modificar esa realidad, flexibilizando su modelo de negocio a través de acciones que les permitan sostener su competitividad en el tiempo.

En palabras de Humberto Maturana (1997) “Sólo si yo cambio cambia mi circunstancia, y mi circunstancia cambia sólo si yo cambio”

Por tanto, si tu estrategia como líder está en trabajar el fortalecimiento de tu equipo, como una herramienta para integrar los colaboradores alrededor de un objetivo que apoye la adaptación y transformación de tu hotel en estos nuevos escenarios, te mostramos una vía para hacerlo.

CREANDO EL AMBIENTE

En ocasiones se te hace cuesta arriba crear un ambiente óptimo para que logres integrar al equipo de trabajo, dada la cantidad de variables que entran en juego a la hora de plantearte una estrategia efectiva.

Tal es el caso, que tendrás que considerar factores como los niveles de confianza, la comunicación, creencias, valores, competencias y habilidades que cada uno de los integrantes aportará al equipo.

Sin embargo, si tu hotel desea proyectarse de cara a un escenario post covid exitoso, deberá ser capaz de responder a todas estas inquietudes, maximizando el potencial de sus colaboradores para integrar al equipo.

Recientemente la consultora KPMG presentó un estudio denominado “Guía para afrontar el futuro del sector hotelero”, donde plantean una serie de recomendaciones de cara a evolucionar y sobrepasar los obstáculos que supone la crisis del coronavirus.

Entre ellas, juega un papel preponderante dentro del hotel el tema de la organización, requiriendo consolidar un equipo de trabajo auto gestionado y motivado capaz de implementar procesos flexibles e innovadores para integrar a sus miembros alrededor de una meta compartida y que convierta al hotel en una empresa comprometida con la atracción y retención del talento más idóneo.

“El trabajo de un equipo integrado será trascendental para optimizar una productiva gestión dentro del hotel”

Las reflexiones anteriores, permiten inferir que los colaboradores son los que sostienen y desarrollan toda la estructura del hotel; haciéndose necesario que estos logren integrarse en pro de crear un sistema relacional sólido, con personal suficientemente competente, motivado y comprometido con los resultados de la empresa.

¿POR DÓNDE EMPEZAR PARA INTEGRAR EL EQUIPO?

Una vía para integrar el equipo es establecer un vínculo directo entre las partes involucradas, diseñando un lenguaje comunicacional común para todos que este sustentado sobre la confianza.

Este vínculo, será el vehículo para facilitar la toma de decisiones, así como la ejecución de las tareas del equipo y el fomento del equilibrio entre los distintos departamentos del hotel.

INCREMENTANDO LA CONFIANZA DEL EQUIPO.

Para integrar un equipo de trabajo necesitas incrementar la confianza, reconociéndola como un dominio básico de la vulnerabilidad del mismo, convirtiéndole en un componente clave capaz de moverte a ti y a tus colaboradores hacia una meta que ambos han declarado como propia.

De esta manera, la confianza idóneamente genera un impacto directo en el sistema relacional del hotel, así como en los resultados que como equipo esperan lograr; por ello, pasa a convertirse en un elemento dinamizador que impulsa la transformación y la productividad del mismo.

Visto desde otro punto de vista, para integrar a tu equipo, vas a requerir de la CONFIANZA representada por la emocionalidad que cada integrante será capaz de expresar durante el desarrollo de sus actividades.

En líneas generales, cuando dentro de tu equipo existe confianza los sentimientos que predominan son la seguridad y la protección; contrario a ello, cuando hay ausencia de confianza, el equipo se siente amenazado e inseguro, activando su mecanismo de defensa y pre disponiéndose ante situaciones que quizás ni siquiera lleguen a ocurrir

Al respecto, vale la pena mencionar que cuando el ser humano se siente amenazado tiende a protegerse, respondiendo desde el cerebro instintivo (reptílico), buscando siempre encender las alarmas para resguardarse del peligro.

Esta situación, provoca en oportunidades que algunos miembros de tu equipo activando ese mecanismo de protección, reaccionen inadecuadamente con sus compañeros, jefes e incluso clientes, empleando tonos hostiles que tienden a provocar una ruptura en el sistema relacional y distraen el foco del objetivo.

Entonces…¿Qué pasa cuando estos escenarios son repetitivos? Evidentemente la existencia de un esquema de relaciones basadas en la creencia del ataque permanente provoca un desgaste emocional, distrae al equipo de la meta, disminuye la efectividad de la comunicación y por ende de la colaboración.

Cuando dentro del hotel un colaborador te dice CONFÍO EN TI, en realidad lo que te está diciendo es: “Tú sabes “hacerte cargo de mí”, sabes identificar mis necesidades e inquietudes y las tomas en consideración en tu comportamiento. A tu lado me siento segura(o) y protegida (o).

Dicho todo esto, a la hora de integrar a tu equipo la confianza pasa a convertirse en un indicador emocional de vulnerabilidad; veamos un ejemplo, es posible que en alguna ocasión algún colaborador no te haya inspirado confianza y cuando alguien te preguntó el porqué, es muy factible que le hayas respondido que no sabías, tan solo dirás que lo sientes.

Y es una postura valida, sin embargo, tal y como lo señala “Rafael Echeverría – en su libro La empresa Emergente” solemos “sentir confianza” así como “sentir desconfianza”, en la medida que nuestras creencias y mapas mentales alimentan estas emociones.

Siendo seres emocionales, hemos construido una forma de ver el mundo basada en las experiencias vividas, de allí que, si uno de tus colaboradores no te genera confianza, posiblemente con anterioridad algo paso entre ustedes, quizás incumplió una promesa o emitió un comentario que te comprometió profesional o personalmente.

Las experiencias pasadas condicionan la manera cómo te relacionas en el presente; en el caso anterior, tu sistema de protección se activó en función del riesgo que sentiste de que esa persona pudiese volver a comprometerte.

Por esta razón, nació en ti automáticamente la desconfianza, impulsando tu barrera de defensa y transformando la forma como te comunicabas pasando a un segundo plano tu objetividad sostenida sobre una escucha activa.

Si en tu hotel la desconfianza emerge dentro del equipo, sus integrantes estarán propensos a levantar muros que imposibilitarán la comunicación; nutriendo la inseguridad de sus miembros y alejándolos de la posibilidad de integrarse como aliados en pro de la consecución de objetivos.

4 PILARES PARA INCREMENTAR LA CONFIANZA.

Stephen Covey, plantea la existencia de 4 pilares que componen la confianza, conocerlos, aplicarlos, medirlos y mejorarlos les brindará tanto a ti como a tu equipo la oportunidad de fortalecer el sistema relacional, potenciar los acuerdos, integrar a sus miembros y edificar relaciones de colaboración.

Primer Pilar.

La Integridad: cimentado sobre las promesas que se hacen; posee una relación directa entre lo que dicen que van a hacer y lo que hacen. Genera seguridad en el otro. Las palabras cobran valor a la hora de lograr el reconocimiento propio y del equipo; todo ello, enmarcado en la congruencia de sus acciones, alineando lo que dicen, piensan y hacen.

Se requiere: Que sean impecables con sus promesas, honestos con ustedes mismos y con el equipo de trabajo; comprométanse solo hasta donde estén “dispuestos a cumplir.

Si dicen que van a llamar, llamen; si dicen que harán algo, háganlo; si dicen que llegarán a una hora, lleguen a esa hora”.

Segundo pilar

La Intensión: Referida a la transparencia en la forma que internamente transmiten los mensajes dentro del equipo. Identifiquen la verdadera intención detrás de cada conversación y acción.  

Se requiere: Que declaren ante el equipo la intención o motivación que impulsa cada tarea, evitando de esta manera erróneas interpretaciones, procurando un ganar-ganar enmarcado en el beneficio de las partes involucradas.

Los resultados colectivos deben estar por encima de resultados individuales”.

Tercer pilar

La Capacidad: Necesitas que las habilidades, competencias y aptitudes de cada integrante del equipo estén al servicio del hotel, con disposición y compromiso para ejecutar las tareas que se les asignen.

Demostrar que poseen capacidad, les va a permitir validar la agilidad para resolver problemas de forma inmediata, incidiendo en una reducción de los costos al completar el trabajo en un menor tiempo.

Se requiere: Que demuestren con hechos que poseen el conocimiento de las herramientas que necesitan para realizar una tarea.

“Cuando cada integrante del equipo reconoce su capacidad tiene la oportunidad de aportar valor al resto”.

Cuarto pilar

Los Resultados: Se verán reflejados en la eficiencia con la que ejecuten sus asignaciones. Su foco, debe estar en entregar un producto final de calidad, colaborando entre sí y en el tiempo que se los soliciten.

Se requiere: Que se integren al equipo de trabajo transcendiendo la integridad, intención y la competencia que evidencia que están preparados para ejecutarlo.

En resumen, la confianza que está fundamentada en 4 pilares, engloba dos aspectos de la personalidad: “Uno el carácter y el otro la aptitud”.

Si dentro de tu equipo de trabajo hay una persona con gran aptitud (capacidad de hacer las cosas y dar resultados) pero no tiene carácter, se convierte en alguien en quien el equipo se le va a dificultar confiar.

Por el contrario, si esa persona tiene un gran carácter, pero no tiene la aptitud para ejecutar una tarea le será imposible desarrollar confianza, porque lastimosamente el equipo nunca confiará en su capacidad, criterio, decisiones y visión para llevarla a cabo.

En consecuencia, desarrollar los 4 pilares de la confianza te permite tanto a ti como a tu equipo hacerse conscientes y responsables de su accionar, procurando sinergia y enfoque para el logro de los objetivos.

Si tu meta es integrar a tu equipo, incrementar los niveles de confianza te permitirán abonar el terreno para optimizar estados de ánimo y conversaciones generadoras de resultados orientados al éxito.

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